miércoles, 23 de marzo de 2022

En 2022 la leyenda oficial será "Las Malvinas son argentinas

En 2022 se cumplen 40 años del conflicto bélico entre nuestro país y el Reino Unido por la disputa de soberanía sobre las Islas Malvinas. Por este motivo, el Decreto 17/22 publicado hoy en el Boletín Oficial, establece que a modo de concientización este año en curso será un homenaje del pueblo argentino a los caídos en el conflicto a través de la implementación de la leyenda “Las Malvinas son argentinas” en toda la documentación oficial de la Administración Pública Nacional.

La medida tiene el propósito de resaltar el reconocimiento a los caídos y a sus familiares, y a los veteranos y las veteranas de Malvinas, con una perspectiva inclusiva y federal.

El Decreto sostiene la iniciativa en que:

"Durante todos los gobiernos democráticos y de manera constante ha rechazado el recurso a la fuerza y se ha mostrado continuamente dispuesta a la negociación bilateral como medio para alcanzar una solución pacífica de la controversia, de conformidad con las Resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas y los principios del Derecho Internacional".

"Que, en ese marco, resulta menester llevar adelante acciones de difusión y concientización, tanto en el ámbito nacional como internacional vinculadas a la visibilización de los derechos soberanos argentinos respecto de la “Cuestión de las Islas Malvinas” en el marco de la Disposición Transitoria Primera de la Constitución Nacional, como así también homenajear y honrar a nuestros excombatientes caídos y a sus familiares".

"Que, por otra parte, no puede dejar de soslayarse que son ejes centrales del Gobierno Nacional la reafirmación de la soberanía argentina sobre los archipiélagos, el llamado a la reanudación del diálogo y las negociaciones con el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, la ratificación del compromiso de la democracia argentina con los medios pacíficos para la resolución de controversias y el respeto al derecho internacional.


La reglamentación se enmarca además, en la iniciativa interministerial “Agenda Malvinas - 40 años”-que se presentó la semana pasada en el Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur- cuyos objetivos son elaborar acciones y propuestas que resalten el reconocimiento y el homenaje del pueblo argentino a los excombatientes, caídos y familiares del conflicto del Atlántico Sur, así como difundir los principales argumentos de la posición argentina con una perspectiva inclusiva y federal.


 

     

martes, 22 de marzo de 2022

24 de marzo: "Día de la memoria por la verdad y la Justicia"

El Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia es el día en el que se conmemora en Argentina a las víctimas de la última dictadura militar, autodenominada «Proceso de Reorganización Nacional», que usurpó el gobierno del Estado nacional argentino entre el 24 de marzo de 1976 y el 10 de diciembre de 1983.


El objetivo es construir colectiva-mente una jornada de reflexión y análisis crítico de la historia reciente. En las escuelas se propone como un día para que los niños y los jóvenes, junto con los directivos, docentes y todos los integrantes de la comunidad educativa y local comprendan los alcances de las graves consecuencias económicas, sociales y políticas de la última dictadura militar y se comprometan activamente en la defensa de la vigencia de los derechos y las garantías establecidos por la Constitución Nacional, y del régimen político democrático.


La fecha fue establecida en el año 2002 por Ley de la Nación N° 25.633, cuyo artículo 1º establece: “Institúyase el 24 de marzo como Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia en conmemoración de quienes resultaron víctimas del proceso iniciado en esa fecha del año 1976.



24 de marzo

Golpe Cívico-Militar Argentina 1.976

Aquel fatídico 24 de marzo de 1976, cuando las Fuerzas Armadas asumieron el poder político como representantes de las clásicas minorías a las que les era imposible acceder al gobierno por el voto popular. Para aplicar aquella «reorganización nacional» -que gustaba imaginarse a sí misma como la continuadora de la «Organización Nacional» iniciada por Mitre en 1862-, los usurpadores del poder creyeron necesario destruir todo vestigio de oposición a aquel modelo antinacional, de concentración de la riqueza en pocas manos y socialización de la miseria.

Se había perpetrado un nuevo golpe de Estado cívico-militar que, al igual que los anteriores, contaba con el apoyo de importantes sectores: los grandes grupos económicos, nacionales y extranjeros; ciertos comunicadores sociales que colaboraron en la preparación de la sociedad para aceptar el golpe como única alternativa para salir de la crisis; la jerarquía católica; dirigentes políticos y sindicales que aunque no dieron un apoyo explícito, tampoco se pronunciaron claramente en contra. El nuevo gobierno contaba también con el desconcierto y las expectativas de una población que, harta del desastroso gobierno de Isabel Perón y de la violencia cotidiana, pensaba que un «gobierno de orden» traería las soluciones esperadas.

Las primeras medidas de la dictadura encabezada por el general Jorge Rafael Videla, ungido presidente por sus pares, no dejaron lugar a dudas sobre su carácter: establecimiento de la pena de muerte, clausura del Congreso Nacional y de todas las legislaturas provinciales y municipales, reemplazo de todos los miembros de la Corte Suprema de Justicia por jueces adictos al nuevo régimen, allanamiento e intervención de los sindicatos, prohibición de toda actividad política y censura previa sobre todos los medios de comunicación.

Los ministerios, con excepción del de Economía y el de Educación, fueron ocupados por militares. Los gobiernos provinciales también fueron repartidos en su mayoría entre uniformados de las tres fuerzas. Hasta los canales de televisión fueron adjudicados con ese criterio. Se creó, según decían ellos en reemplazo del Congreso, la Comisión de Asesoramiento Legislativo (CAL), también integrada por civiles y militares, cuyas funciones nunca se precisaron detalladamente. Las intendencias municipales fueron asignadas en su gran mayoría a civiles de diferentes partidos políticos, con predominio de los miembros del radicalismo y del peronismo.

El Estado, que mediante la recaudación de impuestos debe garantizar a los ciudadanos educación, salud, seguridad y justicia, se convirtió en terrorista, transformándose en un poderoso instrumento de represión, ignorante del derecho en general y de los derechos humanos más elementales, cuyo objetivo era reorganizar en sentido regresivo la sociedad argentina entronizando la injusticia, la insensibilidad social y la ignorancia.

La censura llegó a todos los órdenes, desde los medios masivos hasta la vida cotidiana. Fueron cerradas las carreras universitarias de Psicología y Antropología y, en la provincia de Córdoba, llegó a prohibirse la enseñanza de la matemática moderna por considerársela subversiva.

La barbarie del nuevo gobierno y su desprecio por la cultura quedaron claramente sintetizados por el almirante Massera, miembro de la Junta: «La crisis actual de la humanidad se debe a tres hombres. Hacia fines del siglo XIX, Marx publicó tres tomos de El Capital y puso en duda con ellos la intangibilidad de la propiedad privada; a principios del siglo XX, es atacada la sagrada esfera íntima del ser humano por Freud, en su libro La interpretación de los sueños, y como si fuera poco, para problematizar el sistema de los valores positivos de la sociedad, Einstein, en 1905 hace reconocer la teoría de la relatividad, donde pone en crisis la estructura estática y muerta de la materia» 1. Así hablaban los supuestos defensores del pensamiento «occidental y cristiano».

A dos días de producido el golpe militar, el Fondo Monetario Internacional le otorgó un crédito a la flamante dictadura y anunció su satisfacción por la designación del nuevo ministro de Economía, José Alfredo Martínez de Hoz.

La opinión del establishment internacional le era unánimemente favorable. El banquero David Rockefeller declaraba: «Siento gran respeto y admiración por Martínez de Hoz. Es muy obvio para mí, como para todo el segmento bancario y económico internacional, que las medidas de su programa son las indicadas» 2. Mientras Martínez de Hoz aplicaba los conceptos económicos monetaristas de la Universidad de Chicago, los militares aplicaban la Doctrinade Seguridad Nacional aprendida en la academia de West Point y la Escuela de las Américas de Panamá. Represión y plan económico iban de la mano.

Se aplicó un primer plan de ajuste aconsejado por el inefable FMI: liberación de precios, devaluación del peso, congelamiento salarial y disminución del déficit fiscal. Las consecuencias fueron que en el primer semestre de 1976 los precios al consumidor aumentaron el 87,5%, garantizando la tasa de ganancia de los sectores dominantes. Para disminuir el déficit fiscal, se redujeron los sueldos, se despidió personal estatal y se aumentaron los impuestos al consumo y las tarifas de las empresas públicas. La pérdida del poder adquisitivo del salario real fue del 40%, lo que implicó una transferencia de ingresos de los asalariados al sector privado del 17% del Producto Bruto Interno.

Entre los grupos de poder locales se respiraba un aire fresco: el que daba contar con uno de ellos en un puesto clave para sus negocios. A no pocos miembros de la clase media comenzó a caerle simpático aquel hombre de orejas exageradas cuando, retrasando el tipo de cambio, les permitió viajar a Miami y competir por comprar al menos dos productos igualmente inútiles. Era la época en que la plata empalagaba a quien sabía especular y su ausencia amargaba los estómagos de los trabajadores que veían cerrar sus fábricas y fuentes de trabajo ante la desleal competencia del ingreso irrestricto de todo tipo de artículos importados.

Pero no todos callaron. Entre ellos, los organismos de derechos humanos, con las Madres y Abuelas a la cabeza, y sectores del movimiento obrero que entre 1976 y 1979, en la etapa más feroz de la represión, llevaron adelante más de 300 conflictos gremiales.

Tras la debacle económica del 80 y la desastrosa derrota en la Guerra de Malvinas, los militares y sus socios civiles se autoamnistiaron y estatizaron sus gigantescas deudas privadas. Comenzaban a preparar su retiro del gobierno, lo que no incluía perder sus posiciones dominantes de poder en el campo económico y financiero.

El 10 de diciembre de 1983, la dictadura se iba dejando tras de sí las ruinas de un país arrasado. Miles de desaparecidos, familias destruidas, la industria nacional herida de muerte, las cicatrices de una guerra perdida, una deuda externa que condicionaba cualquier política de gobierno, niños desnutridos y analfabetos, una sociedad menos solidaria y más individualista. Y el eco de un discurso oficial que durante años había hecho creer que la utopía era sinónimo de estupidez.

Referencias:

1 Diario La Opinión, 26 de noviembre de 1977.
2 Revista Gente, 6 de abril de 1977.




Ver "La verdad en la sangre" en YouTube










Rap por el Día de la Memoria por la verdad y la justicia.






miércoles, 9 de marzo de 2022

Cuento: SAPO VERDE Autora; Graciela Montes - Helena Homs


Humberto estaba muy triste entre los yuyos del charco.
Ni ganas de saltar tenía. Y es que le habían contado que las mariposas del Jazmín de Enfrente andaban diciendo que él era sapo feúcho, feísimo y refeo.

—Feúcho puede ser —dijo, mirándose en el agua oscura—, pero tanto como refeo... Para mí que exageran... Los ojos un poquitito saltones, eso sí. La piel un poco gruesa, eso también.

Pero ¡qué sonrisa!

Y después de mirarse un rato le comentó a una mosca curiosa pero prudente que andaba dándole vueltas sin acercarse demasiado:

—Lo que a mí me faltan son colores. ¿No te parece? Verde, verde, todo verde. Porque pensándolo bien, si tuviese colores sería igualito, igualito a las mariposas.

La mosca, por las dudas, no hizo ningún comentario.
Y Humberto se puso la boina y salió corriendo a buscar colores al Almacén de los Bichos.

Timoteo, uno de los ratones más atentos que se vieron nunca, lo recibió, como siempre, con muchas palabras:

—¿Qué lo trae por aquí, Humberto? ¿Anda buscando fosforitos para cantar de noche? A propósito, tengo una boina a cuadros que le va a venir de perlas.

—Nada de eso, Timoteo. Ando necesitando colores.

—¿Piensa pintar la casa?

—Usted ni se imagina, Timoteo, ni se imagina.

Y Humberto se llevó el azul, el amarillo, el colorado, el fucsia y el anaranjado. El verde no, porque ¿para qué puede querer más verde un sapo verde?

En cuanto llegó al charco se sacó la boina, se preparó un pincel con pastos secos y empezó: una pata azul, la otra anaranjada, una mancha amarilla en la cabeza, una estrellita colorada en el lomo, el buche fucsia. Cada tanto se echaba una ojeadita en el espejo del charco.

Cuando terminó tenía más colorinches que la más pintona de las mariposas. Y entonces sí que se puso contento el sapo Humberto: no le quedaba ni un cachito de verde. ¡Igualito a las mariposas!

Tan alegre estaba y tanto saltó que las mariposas del Jazmín lo vieron y se vinieron en bandada para el charco.

—Más que refeo. ¡Refeísimo! —dijo una de pintitas azules, tapándose los ojos con las patas.

—¡Feón! ¡Contrafeo al resto! —terminó otra, sacudiendo las antenas con las carcajadas.

—Además de sapo, y feo, mal vestido —dijo una de negro, muy elegante.

—Lo único que falta es que quiera volar —se burló otra desde el aire.

¡Pobre Humberto! Y él que estaba tan contento con su corbatita fucsia.

Tanta vergüenza sintió que se tiró al charco para esconderse, y se quedó un rato largo en el fondo, mirando cómo el agua le borraba los colores.

Cuando salió todo verde, como siempre, todavía estaban las mariposas riéndose como locas.

—¡Sa-po verde! ¡Sa-po verde!

La que no se le paraba en la cabeza le hacía cosquillas en las patas.

Pero en eso pasó una calandria, una calandria lindísima, linda con ganas, tan requetelinda, que las mariposas se callaron para mirarla revolotear entre los yuyos.

Al ver el charco bajó para tomar un poco de agua y peinarse las plumas con el pico, y lo vio a Humberto en la orilla, verde, tristón y solo. Entonces dijo en voz bien alta:

—¡Qué sapo tan buen mozo! ¡Y qué bien le sienta el verde!

Humberto le dio las gracias con su sonrisa gigante de sapo y las mariposas del Jazmín perdieron los colores de pura vergüenza, y así anduvieron, caiduchas y transparentes, todo el mundo.


FIN



martes, 8 de marzo de 2022

El 8 de marzo se conmemora el Día de la Mujer

 

El 8 de marzo se conmemora el Día de la Mujer. Ese día se reafirma “la plena participación, en condiciones de igualdad, de la mujer en la vida política, civil, económica, social y cultural”.

A principios del siglo XX, algunas militantes por los derechos de la mujer en Estados Unidos conmemoraban el Día de la Mujer el último domingo de febrero. En la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, celebrada en Copenhague en agosto de 1910, las delegadas norteamericanas Lena Morrow Lewis y May Wood presentaron la moción de celebrar en todo el mundo el Día Internacional de la Mujer. La propuesta fue aprobada, pero durante algunos años tal evento se conmemoraría en varios países en diferentes fechas.

El incendio ocurrido en la fábrica textil Compañía de Blusas el Triángulo en Estados Unidos el 25 de marzo de 1911 reavivó los reclamos de las trabajadoras que venían denunciando las precarias condiciones laborales a las que eran sometidas. La tragedia ocurrió cuando el fuego se propagó causando la muerte de 146 personas, en su mayoría mujeres.

Recién en 1914, las mujeres del mundo lanzaron un llamado de fraternidad universal y fijaron el 8 de marzo como fecha dedicada a la mujer luchadora.

A continuación transcribimos un fragmento del libro Mujeres tenían que ser, de Felipe Pigna, donde se relatan aquellos episodios.

Fuente: Felipe Pigna, Mujeres tenían que ser. Historia de nuestras desobedientes, incorrectas, rebeldes y luchadoras. Desde los orígenes hasta 1930, Buenos Aires, Planeta, 2011, págs. 451-453.

Se sigue hablando vagamente, sin muchas precisiones y con muchas contradicciones, del incendio intencional de una fábrica textil tomada por sus trabajadoras en huelga, un 8 de marzo de 1857 como el origen del día internacional de la mujer.

Así dicho, pareciera que “la principal democracia del mundo”, tan afecta a las autocríticas cuando éstas ya no implican ningún cuestionamiento serio al sistema sino más bien una ratificación de su mentada “libertad de expresión”, reconociendo sus males, les hubiese entonces concedido un día en el calendario a las mujeres luchadoras. Pero puede muy bien imaginar el lector que la cosa no fue así.


Aquella tragedia que enlutó a la familia obrera de los Estados Unidos no ocurrió en aquella fecha de mediados del siglo XIX. El incendio de la fábrica textil Compañía de Blusas el Triángulo, propiedad de Max Blanck e Isaías Harris, se produjo el 25 de marzo de 1911 y comenzó en el octavo piso del edificio dejando un saldo de 146 muertos; la mayoría eran mujeres.

Muchas de las trabajadoras muertas venían participando de la lucha por sus derechos y habían encabezado la huelga del invierno de 1909, que se extendió a 20.000 compañeras afiliadas al International Ladies Garment Workers (Sindicato internacional femenino de Trabajadores de la Confección)

Las obreras les reclamaban a sus patrones mejoras salariales, reducción de la jornada laboral a ocho horas, descanso dominical y el fin de la explotación de los niños; y al gobierno federal, el control de las condiciones de higiene y seguridad. Denunciaban la inexistencia de salidas de emergencia y de elementos para combatir incendios, muy frecuentes en el rubro textil.

El movimiento logró la firma de convenios favorables a las trabajadoras en 300 de las 500 fábricas textiles de Nueva York, pero el gobierno desoyó todos los reclamos dejando obrar a “las sabias leyes del mercado”. Las condiciones laborales en aquellos establecimientos fueron descriptas por una obrera de la siguiente manera: “¡En esos agujeros malsanos, todos nosotros, hombres,  mujeres  y jóvenes ¡trabajábamos entre setenta y ochenta horas semanales, incluidos los sábados y domingos! El sábado a la tarde colgaban un cartel que decía: ‘Si no venís el domingo, no hace falta que vengas el lunes’. Los sueños infantiles de un día de fiesta se hicieron añicos. Nosotros llorábamos porque, después de todo, éramos sólo unos niños”. 1 Sobre el mismo tema el poeta Edwin Markham escribió: “En habitaciones sin ventilación, las madres y los padres cosen día y noche y a los niños que están jugando, les llaman para trabajar junto a sus padres. ¿No es cruel una civilización que permite que se agoten estos pequeños corazones y se aplasten los hombros bajo la responsabilidad de los adultos, mientras en los bonitos bulevares de esa misma ciudad, una dama luce un perro engalanado y lo mima en su regazo de terciopelo?”. 2
El incendio del la fábrica del Triángulo no pasó inadvertido, y la marcha convocada en recuerdo de las víctimas y como denuncia de la empresa que no ofrecía a sus trabajadores las mínimas condiciones de seguridad e higiene, reunió en Broadway a más de 100.000 personas. En el acto de homenaje a las trabajadoras realizado el 2 de abril en el Metropolitan Opera habló la activa militante socialista Rose Schneiderman y dijo: «La antigua Inquisición tuvo su bastidor y sus tornillos y sus instrumentos de tortura con los dientes de hierro. Sabemos cuáles son estas cosas hoy, el dientes de hierro son nuestras necesidades, los tornillos son los de alta potencia de la maquinaria en la que tenemos que trabajar». Hoy sabemos cuáles son estas cosas, el dientes de hierro son nuestras necesidades, los tornillos son los de alta potencia de la maquinaria en la que tenemos que trabajar y el potro de tormento está aquí en las estructuras que son trampas en los incendios, que nos destruirán al minuto en que ardan”.Recordando a las mujeres de Salem que fueron quemadas vivas acusadas de brujería por oponerse al corrupto y supersticioso poder de su tiempo, señaló: «Esta no es la primera vez que las niñas han sido quemadas vivas en esta sociedad». Y volvió a levantar su dedo acusador: «Cada semana me entero de de la prematura muerte de un hermano trabajador. Cada año miles de nosotros somos mutilados. Mientras que nuestras vidas no valen nada la propiedad privada es sagrada. Hay tantos de nosotros para un trabajo que poco importa si son 146 los que caen quemados hasta la muerte». 3

Rose era de una de aquellas militantes socialistas de los Estados Unidos que venían conmemorando el Women’s Day el último domingo de febrero desde 1909 para promover el derecho de las mujeres a votar. Al año siguiente en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, celebrada en Copenhague los días 26 y 27 de agosto de 1910, las delegadas norteamericanas Lena Morrow Lewis y May Wood Simons, transmitieron su experiencia a sus compañeras y presentaron la moción de celebrar en todo el mundo el “Día Internacional de la Mujer”. La propuesta, apoyada por la representante alemana Clara Zetkin, fue aprobada. En los  años sucesivos los distintos países conmemoraron la fecha en diferentes días hasta que en 1914, en vísperas de la Primera Guerra Mundial, las mujeres del mundo lanzaron un llamado a la fraternidad universal, alertaron sobre los desastres de la guerra “intercapitalista en la que el pueblo pondrá los muertos para que los mismos de siempre se enriquezcan aun más”; y fijaron el 8 de marzo como fecha universal dedicada a la mujer luchadora. Tres años más tarde las mujeres encendían un 8 de marzo de 1917 la chispa que encendería la Revolución Rusa. Ese día miles de mujeres encabezaron motines de protesta contra el hambre y la miseria provocados por el decadente régimen zarista.

A partir del triunfo de los bolcheviques y de la extensión del bloque de los países socialistas, en recuerdo de aquellas mujeres pioneras, la fecha 8 de marzo se instaló detrás de la cortina de hierro como el “Día de la mujer comunista”.

Referencias:
1 En Howard Zynn, La otra historia de los Estados Unidos, Madrid, Siglo Veintiuno, 1999.
2 Idem.
3 Rose Schneiderman, El Triángulo de fuego, 1911.

Fuente: www.elhistoriador.com.ar

Día Internacional de la Mujer

 

Día Internacional de la Mujer

En 1975, la Organización de las Naciones Unidas declaró el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer para conmemorar la lucha histórica por mejorar la vida de la mujer y destacar la importancia de la participación activa en las mujeres en la búsqueda de la igualdad y la paz.


Los antecedentes históricos del Día de la Mujer

La idea de instituir un Día Internacional de la Mujer surgió por primera vez a finales del siglo XIX, época que, en el mundo industrializado, fue un período de expansión y desorden, crecimiento demográfico desorbitado y auge de ideologías radicales.
El 8 de marzo de 1857, las mujeres que trabajaban en la industria textil (llamadas «garment workers») de Nueva York, en los Estados Unidos, organizaron una protesta. Luchaban contra los salarios bajos y las inhumanas condiciones laborales. La policía cargó contra las manifestantes y las dispersó. Dos años más tarde, también en marzo, estas mujeres crearon su primer sindicato con el fin de protegerse y conseguir ciertos derechos laborales básicos.
El 8 de marzo de 1908, 15.000 mujeres se manifestaron por las calles de Nueva York para exigir un recorte del horario laboral, mejores salarios, el derecho al voto y el fin del trabajo infantil. El eslogan que eligieron fue «Pan y Rosas»; el pan simbolizaba la seguridad económica, y las rosas, una mejor calidad de vida. En mayo, el Partido Socialista de América señaló el último domingo de febrero como Día Nacional de la Mujer.
Tras la declaración del Partido Socialista de América, el primer Día Nacional de la Mujer de la historia se celebró en los Estados Unidos el 28 de febrero de 1909. Las mujeres continuaron celebrándolo el último domingo de ese mes hasta 1913.
Se celebró una conferencia internacional entre organizaciones socialistas del mundo en 1910 en Copenhage (Dinamarca). La conferencia de la Internacional Socialista propuso la creación de una Día de la Mujer de carácter internacional. La propuesta inicial partió de Clara Zetkin, una socialista alemana, que planteó la creación de un Día Internacional para conmemorar la huelga de las «garment workers» de los Estados Unidos. La propuesta se aprobó por unanimidad por la conferencia, que contaba con más de 100 mujeres pertenecientes a 17 países distintos, entre las que se encontraban las primeras tres mujeres elegidas al parlamento de Finlandia. El Día se instituyó para conmemorar el movimiento por los derechos de la mujer, incluyendo el derecho a voto. En ese momento no se fijó ningún día en concreto para su celebración.
La declaración de la Internacional Socialista tuvo una gran repercusión. Al año siguiente, en 1911, el Día Internacional de la Mujer se proclamó por primera vez en Austria, Dinamarca, Alemania y Suiza. La fecha elegida fue el 19 de marzo; más de un millón de hombres y mujeres salieron a la calle en diversas manifestaciones. Además del derecho al voto y a ocupar cargos públicos, reivindicaban el derecho al trabajo y el fin de la discriminación laboral.
Algo después de una semana, el 25 de marzo, tuvo lugar el trágico Triángulo de Fuego de Nueva York. Alrededor de 140 trabajadoras, la mayoría jóvenes inmigrantes italianas y judías que trabajaban en la Triangle Shirtwaist Company, perdieron la vida debido a la falta de seguridad laboral. El sindicato Women’s Trade Union League y el International Ladies’ Garment Workers Union organizaron muchas de las protestas contra esta tragedia, que pudo haber sido evitada, entre las que destaca el desfile funerario silencioso, que reunió a una multitud de unas 100.000 personas. El Triángulo de Fuego tuvo una gran repercusión en la legislación laboral; las terribles condiciones laborales que provocaron este desastre fueron evocadas en posteriores celebraciones del Día Internacional de la Mujer.
Desde aquellos tempranos años, el Día Internacional de la Mujer ha adquirido una nueva dimensión mundial tanto entre las mujeres de los países desarrollados como entre las de los países en vías de desarrollo.
En diciembre de 1977, la Asamblea General de la ONU adoptó una resolución en la que se proclamaba la institución de un Día de las Naciones Unidas para los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional. La celebración de cuatro conferencias mundiales de las Naciones Unidas sobre la mujer ha contribuido a convertir las reivindicaciones en pos de la consecución de los derechos de la mujer y su plena participación en la vida política y económica de la sociedad en una realidad cada vez más palpable.
En 1975, la ONU atrajo la atención de la comunidad internacional hacia la situación de los intereses de la mujer mediante la institución de un Año Internacional de la Mujer y la convocatoria de la primera conferencia sobre la mujer en Ciudad de México. En 1980 tuvo lugar otro congreso sobre este asunto en Copenhague (Dinamarca).
En 1985, la ONU convocó una tercera conferencia sobre la mujer en Nairobi (Kenya) con el fin de evaluar los progresos logrados tras toda una década.
En 1995, Beijing acogió la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer. Los representantes de 189 países distintos reconocieron que la desigualdad entre el hombre y la mujer tenía graves repercusiones para el bienestar de todos. La conferencia estableció un conjunto de objetivos con el fin de promover el desarrollo de la mujer en sectores como el político, el sanitario y el educativo. El documento final emitido por la conferencia (llamado «Plataforma de Acción») dice así: «El adelanto de la mujer y el logro de la igualdad entre la mujer y el hombre son una cuestión de derechos humanos y una condición para la justicia social y no deben encararse aisladamente como un problema de la mujer».
Cinco años más tarde, en el 23º período extraordinario de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, llamado Mujer 2000: Igualdad entre los géneros, desarrollo y paz para el siglo XXI, se examinaron los progresos de la comunidad internacional en la consecución de los objetivos establecidos por la Conferencia de Beijing. Esta conferencia es conocida como la conferencia Beijing +5. Los delegados encontraron tanto progresos como obstáculos pertinaces, y llegaron a nuevos acuerdos para seguir impulsando las iniciativas de la conferencia sobre la mujer de 1995.



El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer

Día Internacional de la Mujer, un día para luchar por la igualdad, la participación y el empoderamiento de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad. Se celebra en muchos países del mundo.

Incendio en la fábrica Triangle Shirtwaist de Nueva York, el 25 de marzo de 1911
Incendio en la fábrica Triangle Shirtwaist de Nueva York, el 25 de marzo de 1911



Día Internacional de la Mujer fue promulgado por la ONU en 1.975 pero se celebra desde mucho antes. A continuación, te mostramos la cronología y antecedentes del 8 M, una lucha imparable de más de cien años de historia.

Al principio de esta cronología, las mujeres reclamaban derechos básicos como poder votar en las elecciones, derecho a ocupar posiciones de responsabilidad en política y en la sociedad en general, derecho al trabajo, poder estudiar.

Ya en la actualidad, el Día Internacional de la Mujer se usa para reivindicar estos derechos básicos en los países menos desarrollados, y otros derechos más avanzados en los países desarrollados. Todo ello para llegar a una igualdad efectiva con el hombre.

Esta es la cronología de Día Internacional de la Mujer en el mundo:

1909: Se celebra en Estados Unidos el Día Nacional de la Mujer, y se sigue celebrando hasta 1913 coincidiendo conel último domingo de febrero.

1910: La Internacional Socialista se reúne en Copenhague y proclama el Día Internacional de la Mujer para ayudar a conseguir el sufragio femenino universal y otros avances. A propuesta de Clara Zetkin, se estableció la fecha del 8 de marzo para celebrar este día por primera vez, aunque no se dijo cuando se empezaría a celebrar.

También en 1910, en España, a partir del 8 de marzo de 1910, la mujer pudo acceder a las Enseñanzas Superiores en igualdad de condiciones con el hombre.

1911: Como consecuencia de la reunión de Copenhague del año anterior, se celebra por primera vez el Día Internacional de la Mujer en parte de Europa: Alemania, Austria, Suiza y Dinamarca. Se celebra el 19 de marzo. Y se pide el derecho de voto, el derecho a ocupar cargos públicos por parte de las mujeres, a la formación profesional y al trabajo. En definitiva, mejoras básicas.

El 25 de marzo de 1911 se produjo un trágico incendio en la fábrica Triangle Shirtwaist de Nueva York, donde murieron 123 mujeres y 23 hombres por no poder salir del edificio. Este hecho tuvo mucha repercusión en la legislación laboral americana y en celebraciones posteriores del Día Internacional de la Mujer.

1913 y 1914: Las mujeres rusas celebran por primera vez el Día Internacional de la Mujer a finales de febrero de 1913, como un movimiento en pro de la paz, justo antes de que estallara la Primera Guerra Mundial. En Europa se celebra por primera vez el 8 de marzo de 1914 el Día Internacional de la Mujer, celebrando mítines en contra de la guerra.

Póster alemán de 1914 del Día Internacional de la Mujer Trabajadora
Póster alemán de 1914 del Día Internacional de la Mujer Trabajadora

1917: Más de dos millones de soldados rusos habían muerto en la guerra, había una gran hambruna, y las mujeres rusas volvieron a manifestarse el último domingo de febrero para pedir "pan y paz". Estas manifestaciones de mujeres formaron parte de las revueltas que terminarían con la monarquía en Rusia. El zar abdicó y el gobierno provisional concedió a las mujeres el derecho a voto en un domingo histórico.

1975Año Internacional de la Mujer. La ONU promulga el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer y lo celebra por primera vez a nivel oficial.

1994: Aunque el Día Internacional de la Mujer se celebraba ya en todo el mundo, no era así en EEUU. En 1994 la actriz polaca Beata Po?niak solicitó al Congreso de Estados Unidos el reconocimiento del Día Internacional de la Mujer.

1995: Se firma la Declaración de Beijing por parte de 189 gobiernos, una hoja de ruta para conseguir los derechos de la mujer.

2011: El Día Internacional de la Mujer cumple 100 años. Entra en funcionamiento ONU Mujeres, una entidad de la ONU para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer.

2015: Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Objetivo número 5: Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y niñas.

Tema para 2021: Mujeres líderes: Por un futuro igualitario en el mundo de la Covid-19

La crisis generada en el mundo a causa del COVID-19 ha puesto de manifiesto la importante contribución de las mujeres y también las cargas desproporcionadas que soportan. Las mujeres están en primera línea de la lucha contra la pandemia, como trabajadoras de la salud, cuidadoras, investigadoras y líderes comunitarias. Por ello, el lema de este año está estrechamente relacionado con la pandemia de COVID en el mundo: Mujeres líderes: Por un futuro igualitario en el mundo de la Covid-19.

Desde el foro Generación Igualdad 2021 están previstas varias conferencias entre el 29 y el 31 de marzo en México y en Francia con el objetivo de acelerar la igualdad de género a nivel mundial.

Además, este año 2021 la conmemoración oficial de las Naciones Unidas se celebrará virtualmente, el 8 de marzo, de 10:00 a 12:30 (Costa Este EEUU) con la presencia de personalidades destacadas en el mundo, para debatir sobre cómo lograr un futuro igualitario en el actual panorama de pandemia, y más allá. El evento también contará con actuaciones musicales de Angelica Hale, el coro Pihcintu y cantantes de Broadway. El evento está abierto al público y será transmitido en directo por ONU Mujeres y la Web TV de las Naciones Unidas.

Tema del Día Internacional de la Mujer para 2020

Todos los años se elige un tema para la celebración de este día.

El tema para 2020 es: "Soy de la Generación Igualdad: Por los derechos de las mujeres". Esta campaña conocida por "Generación Igualdad" pretende movilizar a personas de todos los géneros, razas, origen étnico, religiones y países para luchar en pro de la igualdad, acabar con la violencia de género y conseguir la igualdad económica.

Se quiere conseguir la salud sexual y reproductiva para todas las personas, autonomía sobre el cuerpo de cada cual. Tampoco hay que olvidar el liderazgo feminista, tecnología e innovación para las mujeres, acciones feministas por la justicia climática.

Este Día Internacional de la Mujer, únete a la #GeneracionIgualdad y sé parte del movimiento.


 

Ver "Enseñas - 8 de marzo - Día Internacional de la Mujer".







Ver "Cuenta la historia que... : Día Internacional de la Mujer (Julia Rosemberg) - Canal Encuentro" en YouTube









miércoles, 2 de marzo de 2022

Cuento: IRULANA Y EL OGRONTE

Aviso que este es un cuento de miedo: trata de un pueblo, de un ogronte y de una nena. El ogronte no tenía nombre, pero la nena, sí: algunos la llamaban Irenita, y yo la llamo a mi modo: Irulana.


Conviene empezar por el ogronte, porque es lo más grande, lo más peludo y lo más peligroso de esta historia.

No todos los pueblos tienen un ogronte. Pero algunos tienen, y éste tenía.

Cuando se terminaba la tarde y el sol se ponía rojo (porque en los cuentos también se ponen rojos los soles), la cabeza peluda del ogronte brillaba como la melena de un león inmenso. Y la gente del pueblo sentía mucho miedo.

La gente, en cuanto se despertaba a la mañana, pensaba: ¿Cómo habrá amanecido el ogronte hoy?

Era importante saber cómo había amanecido el ogronte. Por ejemplo, si el ogronte estaba resfriado, había que reforzar las puertas y las ventanas para que no se abrieran de golpe con los estornudos. Y no se podía sacar a pasear a los perros demasiado chiquitos porque podían rodar calle abajo y volarse hasta la orilla del río.

En cambio, si el ogronte se ponía a picar cebolla (las cebollas crudas y las nubes del amanecer bien cocidas son las comidas preferidas de la mayor parte de los ogrontes), había que salir con botas, y hasta con botes llegado el caso.

Si estaba contento y carcajeaba, había que guardar los floreros en los roperos para que no se cayeran al suelo con los temblores.

Si se ponía a cantar, había que envolver con trapos los espejos.

Y si estaba enojado… Bueno, todos cuidaban mucho que el ogronte no se enojara.

Siempre le decían: “Buenos días, señor Ogronte” y “Buenos noches, señor Ogronte”, con muchísimo respeto. Y todas las tardes iban hasta el pie de la montaña y le dejaban canastos repletos de cebolla, vacas muy gordas y flores de colores raros. Y le hacían una gran torta para el día de su cumpleaños. Y le cantaban canciones para que durmiese. Todo para que no se enojase. Pero igual un día el ogronte se enojó.

Se enojó porque sí (¡vaya uno a saber por qué se enojan los ogrontes!).

Se notó que se había enojado porque empezó a gritar y a rugir y a mover los brazos en el aire como un molino. Y porque sus dientes enormes (no se imaginan ustedes lo enormes y lo filosos que son los dientes de los ogrontes enojados) brillaban más que su melena del atardecer.

El pueblo entero se arrugó de miedo.

De miedo a que lo comieran. Porque ya se sabe que los ogrontes, cuando se enojan, se comen pueblos enteros, con sus casas, sus personas, sus calles y sus kioscos. Y sus perros. Y las petunias de sus jardines. Y sus tarros de galletitas. Y sus boletos capicúa. Y sus estaciones, con trenes y todo.

La gente salió corriendo. Algunos iban con las orejas tapadas (taparse las orejas no protegía del enojo del ogronte, pero al menos ayudaba a que sus rugidos molestasen menos).

Pero yo dije al principio que éste era el cuento de un pueblo, de un ogronte y de una nena. Ahí está la nena – ¿la ven? – es esa de rulitos en la cabeza: Irulana. Es la única que no corre.



A mí no me pregunten por qué no corrió Irulana. Vaya uno a saber por qué no salen corriendo las Irulanas cuando vienen los ogrontes. Los que contamos los cuentos no tenemos por qué saberlo todo.

Yo lo único que sé es que Irulana no corrió sino que se sentó a esperar en un banquito.

Tal vez era muy valiente.

Tal vez era un poco chiquita.

Tal vez estaba demasiado cansada.

Se sentó en un banquito verde en una calle vacía (todas las calles estaban vacías en ese pueblo).

Cuando se terminó la tarde y el sol se puso rojo, la cabeza peluda del ogronte brilló más que nunca. Los dientes brillaron más todavía, y rugidos enormes sacudieron el suelo.

Irulana tuvo miedo. Y más miedo tuvo cuando vio que el ogronte se empezaba a mover.

"Ahora viene y se come al pueblo", pensó Irulana.

Y, efectivamente (no se olviden de que yo avisé que éste era un cuento de miedo): en cuanto llegó la tarde el ogronte empezó a comerse el pueblo. (Ya sé que esto es terrible, pero qué se le va a hacer, así son los ogrontes).

Empezó por el ferrocarril: enroscaba las vías en un dedo y después las sorbía como si fueran tallarines.

Masticaba las casas como si fueran turrón. Y de tanto en tanto les daba un mordisquito a dos o tres árboles que había arrancado de raíz y que llevaba como un manojo de apio en la mano.

(Miren: acá la dibujante se asustó tanto que dejó el dibujo sin terminar y salió corriendo)



Fue haciendo arrolladitos con las calles y se las masticó despacio. La plaza la dobló en cuatro como un panqueque y se la comió con gusto (seguramente era dulce). Si alguna petunia se le escapaba de la boca la empujaba con el dedo hacia adentro.

Y comió y comió. Se lo comió todo (tengan en cuenta que los ogrontes son muy grandes y este era un pueblo chico).

Bueno, ahora el que se achicó es el cuento, porque empezó con un pueblo, una nena y un ogronte, y ahora ya no hay más pueblo. No hay nada más que una nena y un ogronte.

Y nada pero nada más.

Nada de nada: ni un arbolito, ni una petunia, ni un vestidito de muñeca, ni un colador de té, ni una polilla, ni la pelusa de un bolsillo. Nada más que Irulana en su banquito y un ogronte enorme que –aunque ustedes no lo vean porque el dibujo se terminó antes- está bostezando.



Está bostezando porque a ese ogronte, siempre que se comía un pueblo entero, le venía el sueño.

Pero Irulana no sabe que el ogronte bosteza. Tiene tanto miedo que cerró los ojos.

El ogronte da uno, dos, tres pasos más (y los pasos de los ogrontes llevan muy lejos) y, justo justo cuando está por descubrirla a Irulana en su banquito, se queda dormido. (Acá en esta página está todo un poco movido porque el ogronte se quedó dormido de golpe y cayó al suelo haciendo mucho ruido.)

Ahí fue cuando Irulana abrió los ojos y lo vio. Parecía una montaña, pero seguramente era un ogronte porque las montañas no usan botas lustrosas ni cinturones de cuero. Y roncaba, además, como sólo roncan los ogrontes.

Irulana era una nena valiente, pero también era chiquita, y se sentía sola. Cualquiera se sentiría solo en el lugar de Irulana. No tenía nada en el mundo. Nada más que un ogronte dormido y un banquito verde. Y eso no es nada. Es muy poquito.

Sobre todo cuando el aire se pone negro y se viene la noche oscura.
Oscura pero oscura oscura, oscurísima y oscura. La luna no había salido todavía y las estrellas estaban demasiado lejos.

Esta página de acá está toda oscura y toda vacía. Así de oscuro y de vacío estaba el mundo.



Entonces Irulana se puso de pie en su banquito, que, como estaba tan negro todo, ni siquiera era un banquito verde, y gritó bien pero bien fuerte, lo más fuerte que pudo gritar: ¡IRULANA!

Eso gritó. Una sola vez. Y, aunque Irulana tenía una voz chiquita, el nombre resonó muy fuerte en medio de lo oscuro.

Y el nombre creció y creció. La i, por ejemplo, tan flaquita que parecía se estiró muchísimo (no se quebró, porque era un i muy fuerte), y se convirtió en un hilo largo y fino que se enroscó alrededor del ogronte, de la cabeza del ogronte, de los pies del ogronte, de las manos del ogronte, de la panza inmensa donde estaba todo el pueblo.

Y la r se quedó sola en el aire, rugiendo de rabia, porque las r rugen muy bien, mejor que nadie.

Y la u se hundió en la tierra y cavó un pozo profundo, el más profundo del mundo.

Y entonces la r, que rugía como una mariposa furiosa, hizo rodar el ogronte hasta el fondo de la tierra.

En una de esas ustedes ponen cara de "no puede ser", y se ríen y dicen que una palabra no puede hacer esas cosas. Y yo digo que sí puede. Prueben, si no, de decir una palabra importante, una sola, en medio de la noche oscura y al lado de un ogronte…

La "lana" de Irulana se hizo un ovillo redondo y voló al cielo para tejer una luna. Hizo bien, porque entre una lana y una luna no hay tanta diferencia. Entonces la noche se iluminó.

Aquí está, toda iluminada. Ahora sí se puede ver bien lo que pasa en este cuento. Hay un ogronte enterrado en un pozo muy profundo, tan profundo que casi ni se ve que lo ataron como un matambre. Y hay una nena chiquita que mira la luna llena desde arriba de un banquito.

Parece que no hubiera nada más pero, si miran bien, allá lejos, en el fondo de la hoja, hay un montón de gente que vuelve. Si acercan la oreja al papel, tal vez oigan la música. Porque traen guitarras, violines y panderetas. Vienen a fundar un pueblo.

Y este cuento se termina más o menos como empieza: "había una vez un pueblo y una nena.
Ogronte, en cambio, no había (algunos pueblos tienen ogronte, pero éste no tenía)…” Es un cuento un poco igual y un poco diferente.

Eso sí, seguro que no es de miedo.



FIN

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